Pobrecito Satanás

Xabier Díaz ha conseguido convertir la belleza en un fenómeno rutinario. Hace de la hermosura un acontecimiento cotidiano, una evidencia, una obviedad. Un sinónimo que podemos emparentar con su nombre, independientemente de cuál sea la orientación de cada nueva aventura. Esta vez orilla su faceta de cantautor al frente de las jóvenes y prodigiosas pandereteiras de Adufeiras de Salitre, y deja al cantautor que también habita en él, y vuelve a su compromiso firme y permanente con las esencias folclóricas. Según explica Xabier Díaz, el título del disco, cuarto ya en su carrera, era una petición frecuente de su abuela Obdulia. «Nada hai máis necesario que sentir e tampouco hai momento máis acaído para perseguir ese verbo que os tempos nos que vivimos: as humanidades esvaécense ao tempo que medra o binomio virtual-máquina. As artes, en xeral, atenderon historicamente a nosa necesidade de sentir. Ese lugar sen algoritmos é unha casa que debemos visitar tantas veces como nos sexa posible. Celebrar a non virtualida